Ha pasado tanto y sigue doliendo como el primer día. Estos tres días he estado leyendo un manga preciosísimo y muy triste. No es triste en sí, si no que a mi me ponía triste. Estaba lleno de historias y conflictos de amor, y eso me hacía añorar y recordar. Y al llegar a una de las páginas más bonito entendí por qué me había estado sintiendo así todo el rato.
Me recordaba a ti. A nosotros. Tú decías que yo te daba luz. Que yo era tu luz. Que me querías siempre a tu lado. Que me dabas la luna si te la pedía. ¿Alguna vez fue verdad algo de todo aquello?
Me enamoré a mentiras. Me enamoré de alguien que solo jugaba conmigo, y no es justo. Todas esas veces que yo te prometía que no te abandonaría las decía de verdad, y aún seguiría ahí, aún quiero seguir ahí, si no me hubieras echado.
Te quise todo lo que he querido jamás a alguien. Te quise hasta entregarte mi vida. Y tú solo jugaste conmigo. Con una niña acomplejada que te idolatraba. Me da miedo pensar hasta dónde habría pasado de no haber salido de esa mentira.
Pero te quise. Te amé. Y lo peor
es que aún te quiero.
Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.