Ese momento, en el que lo único
que quieres es escribir y no sabes qué. Cuando la rabia te hierve por dentro y
los celos arañan tu coraza. El qué escribas es lo de menos. El por qué es lo
que te mueve a ello.
Escribes palabras con lágrimas
cayendo de tus ojos castaños; verdosos al pestañear y limpiar de gotitas la
córnea como si de un parabrisas se tratara. Lágrimas de furia, lágrimas de
dolor. De celos, de odio. Quizá, lo que te impulse por encima de todo eso, el
mismo miedo.
Miedo. Miedo a que las cosas no
sean como quieres. Miedo a que lo sepa y no lo considere más que una chorrada
cualquiera. Miedo a que no comparta el sentimiento proferido. Terror a que
alguien más sepa de él. De sus grandes cualidades y encantos. Miedo a que otra
le merezca más. A que él quiera más.
Estas veces que el miedo, el
dolor, la rabia, la indecisión te abordan no sabes reaccionar. Cuántas veces
habrás pasado por esta situación. Cuántas veces te habrás prometido aprender a
superar, a olvidar, y a dejar de llorar.
Y aquí estás, amiga mía. Aquí se
descubre la verdad. La verdad es que es un obstáculo que debes pero no puedes
saltar. La verdad es que aquí te encuentras, escribiendo palabras que ni si
quiera vas a repasar. Palabras salidas de esas lágrimas. Palabras que no
consiguen explicar tu verdadero sentimiento.
Escuchando música escribes estas
palabras que aquí quedarán. Palabras salidas de la emoción. Del momento de
creación, sin búsqueda alguna de calidad literaria. Solo son palabras, que
aunque no los expresen, te ayudan a sacar de ti esos sentimientos.
Más tarde volverás a llorar. En
seguida recordarás y caerás. Pero mírate ahora. Mira las letras que tienes ante
ti. ¿Lo ves? Ahora, al menos las ves. Ya no son borrones en una pantalla. Ahora
ves letras, palabras y oraciones. Ahora la canción ha cambiado. Tecleas más
deprisa, piensas más ágilmente. ¿Lo notas? Ahora tienes una pequeña sonrisa en
esos finos labios. Lloras de nuevo, sí. Pero navega dentro de ti. ¿Descubres
eso? Ahora ya no pesa tanto el dolor.
Te da igual lo que digan. Este es tu momento. Estas tus palabras. Esta, tu emoción.
Ahora vuelve a mirarte. Sonríes.
K.H.R.L.
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