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Frase del mes
Quiero mirarme en el espejo y que me guste lo que veo, Cuesta seis días por semana. Quiero que lleguen los domingos y no vuelva el miedo, Quiero tomármelo con calma.
-Vale la Pena - Paula Mattheus

lunes, 15 de septiembre de 2014

Nuevo año.

Buenas noches. Son las 23.29 exactamente de un domingo de septiembre. Sin embargo, necesito escribir y no sé a qué hora acabaré.

Mañana empiezo un nuevo y complicado curso. Se podría pensar, que los años comienzan el 1 de enero y llegan a su fin el 31 de diciembre. Y así es. Excepto para los estudiantes.

Para nosotros un año empieza el primer día de clase del nuevo curso, y acaba el último día del mismo, con la entrega de notas. Luego el verano es algo que tenemos ahí en medio y apreciamos y necesitamos más de lo que nosotros mismos pensábamos. Pero ese descanso ansiado acaba. Y comienza un nuevo año.

En mi caso, este curso no solo empieza un año, si no una etapa nueva, ya que además entro en bachillerato. Y a un día de poner un pie de nuevo en el instituto. A un día de ver a esos profesores y compañeros nuevos y viejos. A un día de todo eso, echo la visita atrás y me echo a llorar.

Los años pasan. Las cosas cambian. Todos crecemos. Pero aun así, todo lo que ocurre, ¿es necesario?

El año pasado por estas fechas yo acababa de teñirme el pelo completamente azul como necesidad de cambio. Ahora de ese azul no queda más que un pequeño rastro en las puntas de mi pelo recién cortado y con mi verdadero color necesitado de otro cambio.

El año pasado por estas fechas, yo echaba de menos a mi mejor amiga, quien se había tenido que ir a su país, y ya hacía casi 1 año. Pero entonces estaba arropada. Tenía a mi nueva mejor amiga desde ese año. Tenía a otra vieja amiga. Tenía todo un grupo de amigos incluso formado por chicos del pueblo vecino.

Ahora ya no. Este año lo empiezo sin esa amiga rumana. Lo empiezo sin mi otra mejor amiga y todo por una mentira suya. Lo empiezo sin ese grupo por lo que hemos cambiado todos y por con quién salen algunos de ellos. No estoy sola. Pero tengo miedo de estarlo.

Demasiadas cosas han pasado y cambiado este año, y más aún este verano. He pasado de confiar mi vida a mi mejor amiga, a saber de su mentira y engaño y tener que alejarme de ella. De tener varios grupos de amigos a tener uno aquí y otro lejos.

No. No estoy sola, pero, ¿y mañana cuando vaya a clase qué? Ahí solo me queda mi mejor amigo desde hace más de la mitad de mi vida, porque en mi grupo de amigos yo soy la menor, y ellos no van al instituto.

No estoy sola. Tengo gente, pero unos están lejos, otra ya no va a este instituto y me da miedo perderla, y los otros... me siento inferior con ellos. Además, uno de ellos es mi mejor amigo, pero siempre tengo la sensación de estar metiendo la pata y de poder perderle de un momento a otro.

Le doy demasiadas vueltas a las cosas, me dice, y es cierto. Pero soy yo y no puedo evitarlo. Las cosas me preocupan y me tocan muy a fondo. Y me hundo en el foso si veo que no tengo cuerda a la que asirme. Me gusta estar sola para respirar, pero necesito gente a mi al rededor siempre, y sobre todo, cuando resbalo.

He cometido un error muy grande en lo que llevo de vida, y es el aferrarme demasiado a las personas, el necesitar a mis amigos, el no saber depender de mi misma y preocuparme alguna vez de mi y no tanto de los demás. Y eso me hace, que si les pierdo por alguna razón, caiga a ese pozo, y necesite que alguien me tienda su mano para subir.

Buenas noches, son las 23.56 de un domingo de septiembre. Mañana para mi empieza un nuevo y complicado año.


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