Frase

Frase del mes
Quiero mirarme en el espejo y que me guste lo que veo, Cuesta seis días por semana. Quiero que lleguen los domingos y no vuelva el miedo, Quiero tomármelo con calma.
-Vale la Pena - Paula Mattheus

lunes, 19 de mayo de 2014

Te quiero.

Te quiero.
Esas dos palabras, que abarcan tanto y expresan tan poco. Esas palabras que temes pronunciar por lo que pueda pasar.
Te quiero. Es así, y tan fácil no se va a arreglar.
K.

domingo, 11 de mayo de 2014

Odio los besos.

Dolía ver los besos en las películas. Les cogí asco cual niña pequeña que ve un beso y dice puaj. Así estaba. Les odiaba, les tenia asco, y tenía celos. Odiaba a cada pareja que se besaba como restregando el poder probar unos labios mientras yo esquivaba la imagen.

Sin embargo ya sé lo que es un beso. Y por eso los vuelvo a odiar. Ahora sin embargo los odio de una manera diferente. Ahora es ver un beso en una película y me acuerdo de cómo es besar unos labios. De qué se siente al rozar esos carnosos labios, de cuan extraña es la primera vez que juegas con la lengua y tocas la de otra persona.

Ahora, al ver un beso vuelvo a tener celos. Celos por no poder volver a sentir esos labios. Porque todo quedó ahí. Sin embargo con beso o sin él yo te quería ya y te sigo queriendo por desgracia. Por eso ahora veo los besos de otra manera. Ahora los veo y te veo. Y te siento. Es tu fantasma invisible que se posa sobre mi boca y me recuerda el tacto de otros labios, tus labios, sobre los mios.

Se supone que no tenía que idealizar ese beso, y no lo he hecho, sé que habrá mejores y habrá otros que idealizar. Pero ese beso lo que hizo es dejarme sedienta. Querer más, verte y quererlos rozar. La de veces que habré soñando despierta y dormida con el hecho de acercarme a ti y besarte.

K.

"Un beso limpio, suave y en el labio, sutil caricia que no te hará daño."

jueves, 8 de mayo de 2014

No tan Únicos.

Nos creemos únicos y especiales. Pensamos que hay cosas que solo hacemos o solo nos pasan a nosotros y no es así.

Todos -o al menos estas generaciones o la mia como poco- tenemos ese dilema de hablar o no a esa persona por si la molestamos, o quizá no quiera hablar con nosotras, o le parezcamos pesados. Todas hemos hecho de niños -e incluso mayores- lo de seguir las gotitas en el cristal, todos nos "indignamos cuando estamos cantando una canción y la canción se confunde de letra" y todas esas cosas que con un simple vistazo, en redes sociales como Twitter vemos a diario.

Así estos ejemplos como tantísimo otros, claro. Nos creemos únicos y sin embargo todos actuamos prácticamente igual ante las situaciones, solo que con alguna pequeña variación.

Pareciera que somos máquinas programadas con las mismas ideas básicas pero con distintas probabilidades en otras cosas.

Nos creemos especiales, y sin embargo, ahí puedes estar, frente al móvil preguntándote si mandar un WhatsApp o no a la persona que te gusta por si las molestas, o que lo haga ella primero si quiere hablar. Todos, al final, seguimos unos mismos pasos con muchas cosas cotidianas.

Que los lobos protejan vuestros sueños. 
K.H.R.L.

martes, 6 de mayo de 2014

Destruyes todo.


Dime, ¿intentas ponerte en contra de todo lo que me gusta?
Y sí, me refiero a ti.
Primero fueron Los Juegos Del Hambre, luego mi actriz favorita, luego el anarquismo. Ahora mi ídolo en el mundo de la música. Dime, ¿lo haces aposta? ¿Intentas destruir TODO lo que me gusta? No sé, a este paso tendrás que destruirte tú mismo.
Intentas distorsionarme la imagen de todo o eso parece. Eres una de las personas que más aprecio y a quién más quiero. Pero me lanzas pequeñas balas que hieren.
Sin embargo, extrañamente, no me enfado contigo por eso. Me he mosqueado con otras personas por menos. Incluso por cosas que han acusado sobre ti sin razón y sin conocerte. Pero contigo no. Contigo por alguna razón no me enfado. Sin embargo después de eso no te hablo, pero precisamente porque no sé lo que pensarás tú de estas situaciones.

En serio, deja de buscar lo que me gusta y tratar de destruirlo porque parece que es eso lo que intentas. Y aunque en verdad no lo consigas, como vayas a destruirte a ti mismo sí que lo harás y no quiero eso.

Esto no tiene sentido porque en realidad no haces eso y no harías eso. Pero aun así, por favor, cada uno piensa y le gusta lo que quiere. Deja de intentar destruir los castillos y sueños de los demás. Algún día seremos nosotros solos los que nos demos cuenta y se nos caerán encima. No adelantes los acontecimientos.

K.H.R.L.

domingo, 4 de mayo de 2014

Pensamientos.

Tengo esa extraña sensación, manía, llámalo como quieras, de estar enamorada, estar pasándolo mal, o pensar algo, y querer decirlo y no poder.
No. No poder por el simple hecho de que decirlo convertiría esos miedos o deseos, esos sueños, en una realidad. Ya no serían pensamientos que podrían o no haber existido en mi mente sin que nadie más lo supiera. Ya es algo dicho en voz alta.
Por que esa es otra, son cosas demasiado importantes para mi como para contárselas a un@ amig@ por medio de una pantallita. No. Son cosas que si salen de mi, tienen que ser mediante voz.
Otro aditivo más. Odio las cursiladas, y esas cosas que pasan por la mente, dichas suenan como tales. Contar un sueño, decir lo que deseo. Esas cosas no puedo darlas forma fuera de mi mente por éstas razones.
¿Qué ocurre entonces? Pues nada, que me tengo que aguantar y comerme mis pensamientos sin poder decírselos a nadie. Sin poder desahogarme, y son esos los pensamientos que van haciéndose una bola cada vez más grande y acaban empujando las lágrimas al exterior en el momento menos -o debido a tantas, ya más- pensado incitados por una pequeña chispa, un pequeño y fugaz atisbo de pensamiento.
K.H.R.L.

La Ladrona De Libros -fragmento-

Uno de mis fragmentos preferidos de este fantástico libro.


<<     La ventana.
Manos en el marco, tijereta con las piernas.
Pies en el suelo.
Libros, hojas y un lugar dichoso.

Sacó un libro de las estanterías y se sentó con él en el suelo.
Se preguntó si estaría en casa, aunque le daba igual si Ilsa Hermann estaba pelando patatas en la cocina o haciendo cola en correos. O de pie como un fantasma cerniéndose sobre ella, intentando adivinar qué leía.
Sinceramente, ya no le importaba.
Durante un buen rato se limitó a quedarse sentada y mirar.
Había visto morir a su hermano con un ojo abierto y el otro todavía soñando. Se había despedido de su madre y había imaginado la solitaria espera en un tren que la llevaría de vuelta al olvido. Una mujer hecha un manojo de nervios se había tumbado en el suelo y su grito había rodado por la calle hasta volcarse, como una moneda que ha perdido empuje. Un joven colgaba de una cuerda hecha de nieve de Stalingrado. Había visto desfilar hacia un campo de concentración a un judío que en dos ocasiones le había entregado las páginas más hermosas de su vida. Y en medio de todo, veía al Führer gritando sus palabras y repartiéndolas a su alrededor.
Esas imágenes eran el mundo, que se removía en su interior mientras seguía allí sentada, con los hermosos libros de cuidados títulos. Se removía en ella al tiempo que hojeaba las páginas atestadas de párrafos y palabras.
Qué hijos de puta, pensó.
Qué adorables hijos de puta.
No me hagáis feliz. Por favor, no me cameléis y me dejéis creer que algo bueno puede salir de todo esto. ¿No veis los moretones? ¿No veis esta raspadura? ¿No veis la herida que tengo dentro? ¿No veis cómo se extiende y me corroe ante vuestros ojos? No quiero volver a tener esperanzas. No quiero rezar para que Max esté vivo y a salvo. O Alex Steiner.
Porque el mundo no se los merece.

Arrancó una página del libro y la partió en dos.
Luego un capítulo.
Pronto no quedaron más que trocitos de palabras esparcidos entre sus piernas a su alrededor. Las palabras. ¿Por qué tenían que existir? Sin ellas nada hubiera pasado. Sin palabras, el Führer no era nada. No habría prisioneros renqueantes, ni nadie necesitaría consuelo o trucos palabreros para hacernos sentir mejor.
¿Qué tenían de bueno las palabras?
Esta vez lo dijo en  alto a la luz anaranjada que inundaba la habitación.


         -¿Qué tienen de bueno las palabras?   >>

La Ladrona de Libros, Markus Zusak



Os recomiendo el libro. 

Que los lobos aúllen en vuestras noches. 
K.H.R.L.

viernes, 2 de mayo de 2014

Adaptaciones a pantalla.

*Para empezar, yo no soy ninguna experta en cine ni crítica profesional de lo mismo, yo comento según mis opiniones y emociones como lectora y como observadora de la película.*

Buenas noches, estoy super indignada esta noche.

¿Cuántas veces hemos leído un libro y después hemos visto la película basada en él, y nos ha decepcionado? ¿Muchas verdad?

Esto ocurre con muchas películas, aunque también hay que admitir que otras están bien, pero casi por regla general -o por lo menos las películas que yo he visto basadas en- dejan mucho, pero muchíiisimo que desear.

Hace unos años leí tanto Mundo de Tinta como la trilogía de La Brújula Dorada. Tengo la teoría de que no se han hecho más que una película de cada trilogía por lo mal adaptadas que están.

Sinceramente cuando veo estas cosas lo único que me sale es "se han cargado el libro".

En fin, esta noche mi cabreo se debe a la película "La Ladrona de Libros". Como película la verdad que puede ser muy bonita. Pero este es uno de los considerables casos de "se han cargado el libro".

Markus Zusak ha conseguido que este libro sea mi favorito. Sin ser una historia típica de amor ni nada por el estilo me enganchó. Es una historia simplemente preciosa, pero por todo lo que mueve. La relación de Liesel con su padre, con su amigo Rudy, con Max, con los libros. Con absolutamente todo.

Este libro tiene 533 páginas. Me leí en una tarde las 250 -aproximadamente- últimas, y no dejé de llorar en ningún momento. Es el libro con el que más he llorado, y eso que soy sensible, lloro enseguida y hasta el momento no había llorado con un libro más de lo que lo había hecho con "El Catalejo Lacado". Pues "La Ladrona de Libros" consiguió superar con creces ese récord.

Precisamente de ahí viene mi indignación. Un libro tan lleno de emoción, con tanta complicidad entre todos y cada uno de los personajes, ¿y hacen así la película? Yo no sé que pensaría Markus sobre ella, pero desde luego yo no la considero una buena adaptación.

Cuando basas una película en un libro, no todo puede ser igual, entre otras cosas porque si no habría algunas que durarían días. Todo lector que vaya a ver una película lo sabe en el momento que se sienta ante la pantalla. Pero si estás basándote en un libro, qué menos que intentar sacar lo más posible o las cosas importantes. Y si no, no pongas el mismo título que el libro, y simplemente pon basado en ello. Si simplemente cambiaran el título, ya lo que hayan leído el libro no se llevarían tan mal sabor de boca cuando la terminan.

Como he dicho al principio, no soy crítica, y actuo por impulsos. Por tanto, como última anotación de la entrada, quería poner una cosa:

Etapas que sufre un lector tras ver la película de la adaptación de un libro -sobre todo si es su favorito-:
1. Frustración -ves la película, está mal, pero no puedes hacer nada.
2. Enfadado -la película ha acabado y estaba mal. Te enfadas porque no han sabido mostrar lo que debían.
3. Lloro desconsolado -te parece que han desgarrado tu libro favorito sin contemplación alguna, ves que nadie entiende tu sufrimiento, y necesitas que te abracen mientras te desahogas llorando.

Buenas noches y que los lobos protejan vuestros sueños.
K.H.R.L.