Eso es lo raro.
Y eso también me hace pensar algo que hace tiempo ya daba vueltas y alguien ya me comentó. Realmente yo no soy fea. No tengo buen cuerpo ni soy una belleza, pero soy una chica normalilla, del montón. El problema es que soy un poco rara a mi manera, y solo podría llegar a quererme una persona que haya vivido mis cambios.
La persona que de verdad me entendiera y consiguiera querer tendría que ser alguien que me haya visto crecer y madurar. Que me haya conocido con gafas, braquets y algo más de 65 kilos con 10-12 años, y que ahora me vea ya sea con gafas o sin ellas pero me vea distinta, cambiada, mona, y con 8 kilos menos.
Tendría que ser una persona que me haya visto saltando con amigas que luego me dieron una puñalada. Que me viera con mi mejor amiga y después viera cómo lloraba y se me rompía el corazón cuando ella se fue. Que me haya visto en mi época sin amigos y en la que los tenía a puñados. Alguien que entendiera porqué soy como soy. Porqué me afecta lo que me afecta. Alguien que consiguiera entender casi lo que ni yo entiendo.
Y precisamente por eso, porque nadie más que mi mejor amigo ha vivido todo eso, por eso, viviré sola y rodeadas de libros y gatos, huskies y hurones.
Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.
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