Para Castañita, la de verdad.
Hubo una vez, en un pequeño mundo paralelo al nuestro, un mundo donde los animales y los frutos hablaban y pensaban, un gran castaño lleno de castañas.
La historia que vamos a contar, sin embargo, tiene que ver con una de ellas y con otros extraños seres.
La protagonista de nuestra historia se llamaba Castañita.
Castañita era una más en ese árbol, sin embargo ella muchas veces se sentía sola. Castañita había sufrido mucho en su vida. Había tenido muchas amigas castañas a su lado más veces, pero siempre la abandonaban.
Nuestra pequeña Castañita se sentía débil y sola. Quería bajar de ese árbol y explorar mundo, pero le daba miedo salir de la que había sido su casa tanto tiempo.
Castañita nunca decía te quiero, Castañita se mostraba arisca con la gente. Todo por miedo a que una vez más la pudieran abandonar.
Un día, casi de la nada apareció una pitufa. Era una pitufa bastante rara y algo chalada, pero pronto se hizo un huequito dentro de la Castañita. Sin embargo, Castañita seguía teniendo miedo. ¿Y si la pitufa un día le abandonaba?
Castañita seguía sintiendo miedo y ganas de escapar de su árbol, pero no podía hacerlo. Castañita empezó a escuchar a un búho ulular en algún lugar. Ese búho la ayudó con su canción a pasar complicaciones y para su sorpresa un día le conoció.
Era un búho sabio y sonámbulo. Siempre vivía agotado, pero pese a ello no debaja de ulular. El búho empezó a hablar con Castañita y se convirtió en otro apoyo en su vida. Pero Castañita aún tenía miedo.
Lo que Castañita no sabía, es que tanto el sabio búho como la alocada Pitufa, pese a los enfados que pudieran sufrir, nunca la abandonarían. Muchas veces Castañita había escuchado argumentos tales, y siempre la habían dejado a su suerte al final. La pequeña Pitufa no podía prometer un para siempre, porque un siempre es mucho tiempo, sin embargo si podía prometer un durante mucho.
Castañita seguía teniendo miedo, pero ahora sabía que tenía gente. Había más animales que se le habían ido sumando. La Ardilla Lerda, el Ermitaño... Castañita empezó a encontrar a gente a quien quería y quienes la querían.
Y un día se armó de valor, aunque en el fondo ella siempre había sido fuerte. Bajó de ese árbol,
Y salió a cumplir sus sueños.
K.
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