Frase

Frase del mes
Quiero mirarme en el espejo y que me guste lo que veo, Cuesta seis días por semana. Quiero que lleguen los domingos y no vuelva el miedo, Quiero tomármelo con calma.
-Vale la Pena - Paula Mattheus

viernes, 21 de noviembre de 2014

Madurez forzosa.

Ahora que, tan oportunamente, en el reproductor aleatorio del ordenador suena "El Síndrome de Peter Pan" (Porta, Reset) voy a escribir sobre madurar.

Y digo que es tan oportuno porque, después de llevar semanas sin escuchar esta canción, entre las más de 2300 canciones, esta noche, suena. Hoy, que justamente hablaba con un amigo de lo infantil y la madurez.

Una vez él y otros amigos se enfadaron conmigo por llamarles infantiles. Por tanto, cuando yo, no recuerdo la razón, he comentado algo sobre ser infantil me ha preguntado que qué me pasa a mi sobre ese término en concreto no me ha extrañado en absoluto.

'Hay que madurar' le he dicho, y su respuesta ha sido que no hay un porqué. Le he tratado de decir, que hay veces que aunque no quieres, las circunstancias externas, o el comportamiento de otras personas te lleva a ello de forma obligada.

Hemos hablado también de que ser maduro no quita no poder tomar un papel infantil, como es mi caso con mi comportamiento.

Pero, claramente la explicación de la obligación no le ha valido así de simple y ha querido saber más, y saber qué me ha hecho cambiar y madurar a mi. Mas, ¿qué contar cuando, por amigo que sea y por mucho que sepas que no va a decir nada, no quieres contarle?

El problema no es que lo vaya a pregonar o no, pues lo dudo. Si no que soy yo la que no quiere decir nada. Muy pocos saben de ello. Prácticamente nadie sabe toda la historia. Y los detalles nadie más que yo.

¿Cómo explicarlo entonces?
¿Sabéis, cuando a un/a niñ@ que aún no ha alcanzado la adolescencia si quiera, pierde a uno de sus progenitores? Esa niña es obligada por las circunstancias a madurar. A comprender antes que otros lo que es perder a un pilar de tu vida y tener que continuar.

Pues bien, mi caso quizá no sea tan extremo, pero tiene la misma base.

Cuando una persona en la que confiabas te engaña, te rompe, y eso te hace aprender una gran lección. Pero cuando descubres que hay una segunda persona que ha estado jugando contigo, utilizándote, y tratándote mal, hasta el punto de poder casi compararse con los casos de violencia en parejas, ya entonces te hundes.

Estamos cansados de oír y saber sobre casos de violencia de género, de niveles más altos o menos, en todo tipo de parejas sentimentales. Y en este caso, ni tan siquiera era ningún tipo de pareja. Pero el daño es el mismo.

Cuando has descubierto esto, y no sola, claro, con la ayuda y apoyo de tus mayores detrás para acogerte en tus brazos al llorar, esto te destroza por dentro. Te desgarra, y de una manera tan brusca, te hace darte cuenta de lo duro que es el mundo, del daño que pueden hacer las personas, hasta aquellas a las que más quieres, y eso, de pronto y sin previo aviso, acciona el botón de la madurez.

A partir de ese momento no ves las cosas igual. A partir de ahí empiezas a casi desconfiar de todo, y a exigir sin palabras que ganen tu confianza si la quieren.

Es un cambio brusco, y hasta que no sopla el viento no te das cuenta de ese pequeño cambio -o acercamiento- a la madurez. Pero miras atrás, miras tus pasos, te rodeas de otra gente, y te ves diferente. Les ves más niños, mientras tú, contra tu voluntad, has cambiado, has crecido, y has dejado parte de ese niño atrás.

Pero eso no quita que puedas jugar a ser esa niña. A tener tus berrinches fingidos, y a seguir con tu habitual 'jopetas' allí donde la situación lo admita. Sin embargo, sabes que has cambiado.


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.


Dibujo esquema infancia - madurez (autora: K.)





No hay comentarios:

Publicar un comentario