Siempre digo que estoy harta de llorar, y lo estoy. Y no puedo más. Y ya no sé que hacer. Y se me echa absolutamente todo encima.
Clases, notas, academia, actividades, mi propio físico, mi salud, todo. Todo. Todo... y ya no sé cómo mantenerme en pie. Hay gente que lo pasa peor que yo, pero yo no puedo. Yo no soy fuerte. He llegado a una situación de la que no puedo escapar.
Y me queda nada por rendirme, pero soy una cobarde hasta para eso.
Y lo único que me relaja, que me abstrae de mis problemas es salir a la calle con mis amigo, con Aitor, que hace lo que sea por verme sonreír. Pero ¿qué voy a hacer? No puedo tirarme la vida en la calle. Hay que estudiar. Por mucho que me fastidie, hay que estudiar. Pero es automático. Me siento en la silla ante la mesa y los deberes, y me echo a llorar.
Ni la psicóloga ni ver mis notas pasadas ni nada me consigue sacar de esto. Y yo ya no sé qué hacer. Ahora mismo, llorar es lo único que sé hacer.
Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.
No hay comentarios:
Publicar un comentario