Frase

Frase del mes
Quiero mirarme en el espejo y que me guste lo que veo, Cuesta seis días por semana. Quiero que lleguen los domingos y no vuelva el miedo, Quiero tomármelo con calma.
-Vale la Pena - Paula Mattheus

lunes, 7 de diciembre de 2015

¿Querer?

¿Querer? ¿Y qué es eso realmente? Yo quiero a gente, les tengo aprecio y cariño, pero realmente lo que es "querer", "amar" a alguien solo quiero a tres personas, y esas personas son mis padres y mi hermano.

No quiero a nadie más, no puedo querer a nadie más. No dejo que entren en mi corazón, y tampoco quiero dejarles. ¿Por qué iba a tener que destruir esa coraza? Si jamás vuelvo a enamorarme no dolerá. Si consigo expulsar los sentimientos que aún quedan hacia aquellos que me han gustado nada dolerá. Solo tengo que conseguir que nadie me quiera a mi.

Odio que me hagan daño, pero odio hacer daño. Sufro cada vez que gusto a alguien, ya sea chica o chico. Soy incapaz de decirles que no me gustan sin hacerles daño. Desearía poder sacarme el corazón del pecho y así poder explicar que no quiero o no me gusta esta o aquel porque no tengo órgano con el cual amar y sentir.

Pero esto no es Once Upon A Time, y si me arranco el corazón aquí dejo de vivir, por lo tanto solo puedo pedir perdón.

Perdón a los que he gustado y rechazado, perdón a los que gusto ahora y perdón a los que pueda gustar en un futuro. Perdón por no corresponder, pero yo no puedo querer.


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Hola - Agua - Tele - Spin

Hace mucho que no escribía nada y me apetecía hacer una de 4 palabras. Estas son las palabras que me ha dado Tarvi, que espero que se convierta en un buen físico porque la que me ha liado con el "spin" de las narices jajaja

_________________________


Todo empezó con una risa. No te conocía, no me dijiste hola, pero te vi ponerme esa cara tan graciosa al otro lado de la calle y estallé en carcajadas. Tú te acercaste y me diste un beso. "Lo siento, pero no podía irme sin besar esa sonrisa." Te diste la vuelta y marchaste dejándome en medio de una tormenta de sentimientos.

Al día siguiente volví, y al siguiente, y al siguiente. Aún no sabía tu nombre ni tú sabías el mío, pero todos los días depositabas ese beso en mis labios a la misma hora y nos íbamos por nuestro lado. A la semana empezó a llover, pero quería verte, quería ir a esa cita improvisada y esta vez estaba decidida a pedirte tu nombre. Durante el trayecto hasta "nuestro cachito" de calle temblaba, "¿y si no estabas?" pero al llegar olvidé la lluvia y me acerqué a ti. Un coche pasó durante nuestro esperado beso y el agua de un charco nos empapó. Me agarraste la mano y empezamos a correr detrás del coche gritándole y riendo.

Aquellos recuerdos son muy preciados. Fueron nuestros inicios y ya no nos separábamos. Tú eras mi spin y yo era el tuyo, pero, así como todo lo que sube baja, todo lo que empieza acaba. Nuestra electricidad se perdió. Ninguno de los dos tuvo la culpa. Tengo a mi familia y soy feliz, pero ahora, mientras observo desde la puerta a mi hija y a su novia acurrucadas en el sofá viendo la tele, las veo tan felices y enamoradas como nosotros lo fuimos, y me pregunto si tú alguna vez también te acuerdas de nosotros y sonríes.





Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.


sábado, 7 de noviembre de 2015

¿Era tu luz?

Después de dos años de haberte conocido y uno de que todo se fuera a la mierda aún pienso en ti, y por desgracia, lloro echándote de menos.

Ha pasado tanto y sigue doliendo como el primer día. Estos tres días he estado leyendo un manga preciosísimo y muy triste. No es triste en sí, si no que a mi me ponía triste. Estaba lleno de historias y conflictos de amor, y eso me hacía añorar y recordar. Y al llegar a una de las páginas más bonito entendí por qué me había estado sintiendo así todo el rato.

Me recordaba a ti. A nosotros. Tú decías que yo te daba luz. Que yo era tu luz. Que me querías siempre a tu lado. Que me dabas la luna si te la pedía. ¿Alguna vez fue verdad algo de todo aquello?

Me enamoré a mentiras. Me enamoré de alguien que solo jugaba conmigo, y no es justo. Todas esas veces que yo te prometía que no te abandonaría las decía de verdad, y aún seguiría ahí, aún quiero seguir ahí, si no me hubieras echado.

Te quise todo lo que he querido jamás a alguien. Te quise hasta entregarte mi vida. Y tú solo jugaste conmigo. Con una niña acomplejada que te idolatraba. Me da miedo pensar hasta dónde habría pasado de no haber salido de esa mentira.

Pero te quise. Te amé. Y lo peor
es que aún te quiero.

Que los lobos protejan vuestros sueños.

K.

lunes, 19 de octubre de 2015

Lo peor, preocupar.

Lo peor de pasarlo mal es que encima tienes gente detrás que se preocupa. Gente a la que no quieres preocupar y a la que por tanto ocultas mil cosas, pero hasta eso te sale mal y no dejas de hacerles daño.

Sabes que hay gente que te mira y puede querer ayudar, pero esa gente a veces son solo conocidos, a veces hasta amigos, pero es gente a la que no puedes contar ciertas cosas. Gente con la que aunque en teoría puedes contar, a la hora de la verdad no, pues no llegan a ser personas de real confianza. Y lo son menos aún cuando cada uno de tus amigos, cada uno de esos "mejores amigos" que has ido teniendo, aquellos a los que confiabas tu vida y hasta te ponías delante del toro por ellos te han dado de lado. 

Cuando tienes una supuesta mejor amiga por la que has dado todo este verano y ella te ha ido dando pequeñas punzadas. Por la que te sientes fatal de haberla tirado al suelo aquél día en fiestas en que estaba borracha. Pero que ya ni si quiera en ella puedes confiar ni con ella quieres contar. 

Cuando curiosamente ni en tu mejor amigo desde hace 10 años puedes confiar para contarle ciertas cosas, y no porque no le quieras o no confíes en él, si no porque llega un momento que no quieres que absolutamente nadie a tu al rededor se preocupe, que nadie te mire. 

Detestas ser un cristal, detestas que te miren y sepan todo lo que pasa por tu cabeza y corazón, y sin embargo no lo puedes evitar. Intentas poner sonrisa de joker cuando entras en el coche tras el instituto, pero no dura y tus padres te ven y sufren. 

Y tú sufres por ellos, porque sufren por tu culpa. Y solo habría personas contadas, una, quizá dos, con las que cuentas pero ni siquiera a ellos les cuentas. Tienen sus cosas y aunque dicen que no les molestas, en el fondo sientes que no ven el problema que ves tú, y que tampoco puedes abrirles tu corazón y sentimientos como para llamarles en plena llorera y soltarles todo.

Estás sola. Hay mucha gente a tu alrededor. Muchos conocidos, amigos, familiares, pero a la hora de la verdad estás completamente sola. Sola ante una hoja de papel a veces, otras ante un teclado de ordenador. Pero siempre sola.

Sola, y sin ser capaz de pedir ayuda pues el principal problema reside en que ni tú sabes el problema. En que tu depresión y tu angustia ha llegado a tales niveles que ya no hay quien te saque de allí. Ni un psicólogo, ni un profesor, ni tus amigos, ni tus padres, ni siquiera tú misma. 

El ese momento solo puedes llorar, desear no existir y morirte. Desear estar sola y al tiempo tener a alguien que te consuele y entienda todo lo que pasa dentro de ti sin tener ni que expresarlo. Solo quieres abandonar. Dejarlo todo atrás. Absolutamente todo.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

Vacío

Sé que te has perdido en la oscuridad que llevas dentro,
te buscas, no te encuentras, ya no sabes cómo hacerlo.
Lo difícil es quererlo, a veces siento que te alejas,
yo intentaré ayudarte aunque seas tus propias rejas.
No tengo miedo, yo me sentaré contigo en esta cueva,
mi hombro podrá aguantar lo que tu alma sola no pueda.
No necesito entenderte, no necesitas culparte,
ahora tienes que ser fuerte, solo déjame ayudarte,
no te hundas aunque sientas que no hay nada...
Este vacío no se llenará hasta que tu tengas ganas.
Sé que nada de esto es justo y que carece de sentido,
¿Crees que ya nada lo tiene? Sí, lo tiene estar contigo.
Lo entiendo, entiendo ese silencio tan sincero y no hay prisa,
yo te espero aunque añorando tu sonrisa.
Es una herida tan profunda la que tienes que ocultar,
y te esfuerzas en tratar que no lo noten los demás.
Si pudiera te acercaba a las estrellas, cada noche,
para que hablaras con ellas y saltaras ese bache.
Si estás rota, intentaré arreglarte, no voy a cansarme,
aunque el tiempo pase tan lento, intenta relajarte.
Un día pierdes, otro ganas, la vida te da y te quita.
Aunque los días se repitan, se acaba como la fama,
así que quiérete a ti misma antes de tumbarte en la cama.
La vida es un drama, grita o llora si lo necesitas,
y ahora dime, ¿crees que no hay motivos para seguir?
Sonríe, porque quedan tantas cosas por vivir.
No olvides que tienes a quien te quiere junto a ti,
fuiste tú quién me enseñó que no me tengo que rendir.
-Vacío (Porta)-

Es tan como si me la hubieran escrito directamente a mi...
Es tan yo que duele.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

miércoles, 7 de octubre de 2015

No sé querer.

Hay un momento en el que te paras a pensar. Echas la vista atrás y observas el rastro que vas dejando. Y en ese instante te das cuenta de que no puedes querer a nadie. 

Crees que quieres, y en verdad la mayoría solo son atracción. Te quieren, y tú no quieres. Y por eso tienes miedo a gustar.

Soy tan sumamente dependiente que necesito saber que me quieren y que gusto, pero en el momento que empiezo a observar que les gusto algo más que mera atracción me asusto. 

No estoy hecha para querer. No sé lo que es querer. Solo una vez quise de verdad, quizá dos, y me arrancaron el corazón y lo rompieron en trocitos. Desde entonces no sé querer. Me da miedo querer. Por mi y por ellos. Temo hacer y hacerme daño.

Y sin embargo sigo siendo dependiente del que los demás me quieran. 

Como dice mi querido "Cristal": ¿Amor? Iugh.

Pero yo temo quedarme sola.

Que los lobos protejan vuestros sueños.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Raro.

Es extremadamente raro cuando tu mejor amigo, esa persona que conoces desde hace 10 años, esa persona con la que has pasado más de la mitad de tu vida, la que te conoce más que un hermano, la que sabe cómo sacarte siempre una sonrisa, con la que discutes y peleas cosas estúpidas y luego pasa la mitad del tiempo en tu casa, la que soporta todos tus temperamentos y cambios repentinos de humor; un día te dice que le gusta una chica y que va bastante en serio. Y lo raro no es eso, si no que te diga que esa chica que tanto le gusta le recuerda a ti.

Eso es lo raro.

Y eso también me hace pensar algo que hace tiempo ya daba vueltas y alguien ya me comentó. Realmente yo no soy fea. No tengo buen cuerpo ni soy una belleza, pero soy una chica normalilla, del montón. El problema es que soy un poco rara a mi manera, y solo podría llegar a quererme una persona que haya vivido mis cambios. 

La persona que de verdad me entendiera y consiguiera querer tendría que ser alguien que me haya visto crecer y madurar. Que me haya conocido con gafas, braquets y algo más de 65 kilos con 10-12 años, y que ahora me vea ya sea con gafas o sin ellas pero me vea distinta, cambiada, mona, y con 8 kilos menos. 

Tendría que ser una persona que me haya visto saltando con amigas que luego me dieron una puñalada. Que me viera con mi mejor amiga y después viera cómo lloraba y se me rompía el corazón cuando ella se fue. Que me haya visto en mi época sin amigos y en la que los tenía a puñados. Alguien que entendiera porqué soy como soy. Porqué me afecta lo que me afecta. Alguien que consiguiera entender casi lo que ni yo entiendo.

Y precisamente por eso, porque nadie más que mi mejor amigo ha vivido todo eso, por eso, viviré sola y rodeadas de libros y gatos, huskies y hurones.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

sábado, 12 de septiembre de 2015

¿Quién soy?

El otro día Vi y yo estuvimos hablando y me acabó haciendo ciertas preguntas. Quién soy, qué es lo que quiero... Preguntas que lejos de saber contestar me ponen nerviosa. Ella quería que lo escribiera para hablar conmigo, para conocerme. Como si no hiciera eso las tantas veces que escribo aquí o en cualquier otro lado.

Últimamente han pasado demasiadas cosas, cosa extraña en mi vida, desde luego, pero hoy ya no puedo más.

¿Quién soy yo? No lo sé, no es algo que se pueda saber, soy una adolescente con las ideas confusas, que está a dos días de empezar su segundo de bachillerato científico y aún no sabe qué quiere hacer con su vida. Soy una niña en el fondo. Soy una niña que tiene miedo a todo. Miedo a equivocarse, a quedarse sola, a no gustar a los demás, a no gustarse a si misma. Ahora no soy nadie y soy yo al mismo tiempo. Soy un tránsito entre mi yo pequeña a lo que debo convertirme, a lo que seré yo realmente. Pero ahora no soy más que un manojo de nervios, confusiones, depresiones y ansiedad. No soy nadie más que una niña a la que todo le supera en cuanto algo se tuerce, una niña que por no ser capaz de quererse a si misma busca el cariño en los demás y por ello se pilla de un chico tras otro y luego nunca consigue nada. Soy una miedica que ya no solo tiene ataques de bulimia esporádicos, si no que también necesita de desahogo físico y pegar puñetazos hasta hacerse daño.

Por lo tanto, ¿quién soy? Ahora mismo esa pregunta engloba tanto que no tiene respuesta.

¿Y respecto a qué quiero? Quiero saber lo que quiero. Saber quién soy, saber quererme, aceptarme, ser FELIZ de verdad. Encontrar a alguien con quien estar. Quiero ser mayor pero no separarme de mis padres. Quiero volver a ser una niña. 

¿Y qué pienso hacer para conseguirlo? Sinceramente, no lo sé. Me siento perdida y sola la mayor parte del tiempo. Y me siento hundida y destrozada. Y sé que mis nervios no son normales, y que no puedo ponerme como me pongo. Pero creedme, esto no es algo que me guste, y ojalá hubiese una pastillita que arreglara todo.

Estoy a dos días de empezar las clases y de pronto todo me ha desbordado. La angustia, el estar sola, el que el chico que me gustaba y con el que por fin pensaba que podía haber un futuro, incluso en Alemania, haya fallado, el dormirme con una película de Harry Potter y despertarme, ver el final y saberme los diálogos. A veces son cosas así de absurdas las que desbordan mi tinaja. Y yo ya estoy muy cansada de llorar y sin embargo aquí sigo.

Ojalá algún día sepa quién soy, y ojalá todo se solucione. Solo espero que sea verdad eso de que los que peor lo pasan en los "primeros años" luego son los que tienen de las mejores vidas porque si no no sé hasta dónde puedo aguantar.


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

lunes, 22 de junio de 2015

Sigo sin encajar.

"Pasan los años y yo sigo haciendo esto" Así dice una canción de unos amigos. "Pasan los días y yo cada vez más sola" digo yo.

Sigo con lo mismo que hace dos semanas, y es que nada cambia. Miento. Nada cambia para bien. Todo empeora.

A ellas ya no las soporto. Absolutamente en nada y para nada. Y a las únicas dos que sí, una no da señales de vida y a la otra la veo cada mil. Y eso hablamos de aquí, porque el resto viven en otras comunidades. Es decir, aquí no me queda nadie.

Y que me digan que no es así no lo hace menos cierto. Porque sí lo es.

Cuando dije que no encajaba en el grupo era por este tipo de cosas. Igual que se meten con U pueden hacerlo conmigo y no me hace gracia. Él es mi amigo y no voy a pasar por alto que se metan así con él.

Y vamos, ya el comentario de hoy ha sido la gota que ha colmado el vaso.
"-El otro día llamé a X con el culo sin querer.
-Pues a mi me llama porque sí."
GRACIAS. Gracias, monina, por hacer más obvio lo obvio. Gracias por hacer que me sienta peor. Hazme un favor, y no te acerques más a mi.

Nadie. Nadie tiene que acercarse. Es curioso lo imbécil que llega a ser el ser humano. Cuántas veces me habrá pasado esto, y aun así me empeño en buscar amigos. Cuando siempre, siempre acabo luego jodida y dolida. ¿Cuándo voy a aprender?

Y luego soy una puta borde, ¿no? Pues no, joder. No soy borde. Lo que pasa es que me siento sola, y estoy sola. Y cada vez que intento una pizca nunca se puede. Y no podéis haceros a la idea de lo que duele. Duele estar sola. Os lo prometo.

Y lo que me jode es que los necesito, que me prometieron que iban a estar ahí. Todos. Y ahora, una vez más, ¿quién queda?

Estoy cansada ya de luchar. Pasaré este verano sola. Con mi familia, con Vi y con los de Alo si es que me dejan, y se acabó. Y viajando a Madrid para  ver a mis Ikys. Porque es lo único que me queda.

"Estoy cansada. Harta de llorar. Pero ni tan siquiera me doy libertad a mi misma para rendirme. Pero me rompo. Y estoy harta. Yo lo que quiero es eso. Son ellos. Es salir con mis amigos. Con los Ángeles de Rami, con los Patinadores Profesionales, con los del Skate, daría lo que fuera por volver a salir con los Heisenberg. Con los Ikys. Mis Ikys, Sirenos serenos Vip o Sirenikys.
A ellos son a los que menos veo. Pero también los necesito. Necesito tardes como esa. Tardes en las que no haya ni un atisbo de pensamiento maligno. No tardes, si no días. Días en los que solo una sonrisa invada mi cara. Días en los que hagamos el imbécil y no haya ninguna preocupación aparte de la de que pierdan el juego por mi culpa cada cierto tiempo. 
Necesito a mis amigos. A todos. Ahora, son de las pocas cosas que me hacen tirar día a día y que consiguen hacerme reír. 
Amigos. Esos grandes sin los que estaría perdida."


 Es gracioso, pues no hace tanto que escribí eso y sin embargo, en unas cosas sigue siendo clavado y en otras, cómo ha cambiado todo. Aquellos con los que quería y necesitaba salir ya no están ahí. Ellos están, pero no yo con ellos. Y todo por estudiar y desaparecer del mapa. Tócate los cojones.


domingo, 14 de junio de 2015

Fuera de lugar.

¿Lo veis? Yo tenía razón. Allí no pintaba nada.

Sí, son mis amigos. Sí, es su cumpleaños, pero yo en ese grupo no pinto nada. Todos son amigos y tienen confianza. Todos salen. Todos se ven, todos son casi hermanos. Hasta las que son mis amigas de otro lado ya han entrado ahí. Yo soy la que se sienta al fondo del jardín en un sillón y de ahí no se mueve. Uno por no meterme al agua, y dos por no encajar.

Ahora podrán mascullar todo lo que quieran sobre que todos se han metido a la piscina y yo no. Que es injusto, que soy una insulsa y aburrida y lo que quieran. Pero a mi no me van a ver con bikini. No. Y punto.

Ella tiene forma de tapar sus problemas, se pone un pantaloncito y arreglado. Pero yo no. No y no. No me van a ver en bikini. Hasta que no cambie yo no. Y se burlan y hacen bromas con esta o aquella cuando están hechas un palillo, pero claro, no ven que a las demás nos puede llegar más a fondo.

Yo no he pedido ser como soy. No sé por qué mi cuerpo es como es si mi madre y mi padre con mi edad y mucha más eran unos fideos. No lo entiendo. Y volvería a vomitar pero me es imposible. No puedo después del susto de la regla. No, ya sé que no es eso, ya sé que era mero estrés, pero está esa vocecita de mi cabeza. Esa que me dice, que me recuerda, que no quiero que un día mi hija tenga que llegar a escuchar un "amor mio, tu madre fue bulímica". No, joder.

Cuando vi hace una semana que no me bajaba la regla y sumado al mal estar general y la depresión y todo me entró pánico. ¿Y si no me bajaba por eso? No tenía puto sentido, eso he oído que pasa cuando ya tienes una anorexia peligrosa, y yo no me acerco ni al borde del bajo peso, ni de lejos. Pero me acojoné. No podía dormir con la idea de quedarme estéril por eso. Yo quiero hijos, y míos, naturales. Me dio un no sé qué y me moría de miedo. Vi me dijo que solo era estrés, pero aun así me costó hacerme a la idea.

Lo único que me para es el instinto materno, es curioso. Pero no sé cuánto más durará eso otra vez. Se lo he prometido a Vi. Me lo he prometido a mi. Mis promesas siempre las cumplo y es algo de lo que estoy orgullosa. Pero ya tengo más que comprobado que las únicas que siempre fallo son las que me hago a mi misma. Y no sé por qué estoy segura de que volveré a caer.

Es horrible. No es algo gracioso, divertido o que me guste. Pero me siento tan impotente. Podría hacer todo el deporte del mundo, comer en menor cantidad, pero siempre siempre sigo igual. Ni la báscula baja, ni mi cuerpo cambia.

Y no es divertido ir a cumpleaños ni a cosas donde todas son guapas y delgadas. No. Porque te sientes la mierda allí. Cuando llevas tanto detrás sientes que todos se ríen de ti. Cuando estás enamorada de un chaval con novia, y la ves, y te ves, ¿qué pretendes?

Hay demasiada sinceridad en mis escritos aquí, pero es el único sitio donde me puedo desahogar. Es el único sitio que confío en que nadie lea, y que quien lo haga no diga nada. Aunque en el fondo chille un champú intentando que alguien oiga mis lloros y me saque de este agujero. Pero he llegado a tal punto, que sin un poco de magia nadie podría sacarme.

Solo me gustaría decir una última cosa: gracias. Gracias a todos aquellos que arruináis las vidas. La mía y muchas otras. Gracias a todos, por convertir nuestra existencia en un sufrimiento. Por minarnos la moral y la confianza cuando somos crías y críos. Por infectarnos. Por inyectarnos el veneno que cual cáncer crece solo hasta destruir y comernos enteros. Gracias, de veras, porque es un mal que ni a vosotros os desearía pasar.
K.

Que los lobos protejan vuestros sueños.



domingo, 7 de junio de 2015

Champú.

Hay un chiste que me gustaba contar de niña:

Está un barco inglés llegando al puerto español y se hunde. El inglés del barco empieza a gritar "Help me! Help me!" y un español que pasa por ahí le chilla "Gel no tengo, pero champú sí."

Pues bien, soy ese inglés. Soy ese barco hundiéndose y que nadie ve. Grito y nadie me oye. Pido champú a gritos, y nadie me entiende.

Socorro. Ayuda. Help. Champú.

Ya no sé cómo más pedirlo...

Champú, por favor. Champú...


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

Sola 2.0

Sola una vez más. Y no sola sin pareja, sino sola. Sola. Completa y angustiosamente, sola.

Sola sentimentalmente. Sola emocionalmente. Sola físicamente.

Me encuentro sola, perdida en medio de nada. En medio de mi vida, sin saber a dónde ir, sin saber qué hacer, qué elegir, ni con quién ir.

Sola. Es que no tiene más palabras. Sola. Absolutamente sola.

Miro a un lado y a otro, y dime, ¿quién queda? Nadie. Todos se han marchado. Aquellos con quienes iba a irme a una casa rural en verano se han ido. Aquellos con los que iba a ver la Pantera Rosa e iba a pasar las noches de verano fuera a la intemperie viendo estrellas se han ido. Incluso solo quien conseguía sacarme una sonrisa con tan solo mirarme, hasta él se ha ido.

Estoy sola. Vuelvo a ser ese iceberg. Vuelvo a ser la niña indefensa y perdida de hace tres años cuando se fue mi mejor amiga. Vuelvo a estar sola. Sola con mi cama y mis llantos. Sola. Sola. Sola.

Sola. Yo y la música. La música y yo. Sola con mis estudios. Esos que fueron el combustible para que ahora esté sola. Sola con mi mente. Sola con mis problemas. Sola frente a mi agobio, a mi angustia, sola ante mi ansiedad. Sola ante mi problema alimenticio. Sola frente a mi idea de querer ser libre y volar.

Sola. Completamente, sola.


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

jueves, 28 de mayo de 2015

Harta.

Creo que el problema lo tengo yo. Ya esto no es normal, pero qué quieres, cada vez estoy más harta.

Estoy muy, muy harta de algunas de mis amigas. "¡Hala, qué barbaridad acaba de decir!" Pues barbaridad o no, es completamente cierto.

Estoy harta de una por irresponsable, por ser culpable ella de "no poder ponerse bikini" y quejarse. Ya quisiera yo el cuerpo que tiene ella y lo destroza así. Harta en general. Estoy ya cansada de tragar y tragar.

Y harta, muy harta también estoy de otra. Mira que la quiero muchísimo, pero ya me ha tocado las narices demasiado. Primero con sus "pero si es que no me importa" cada vez que voy a contarle algo que A MI me preocupa, mientras yo escucho hasta cada pausa entre frase y frase de SUS problemas y preocupaciones. Y después con llevarse todo, por querer todo. Solo quiere llamar la atención, pues lo consigue, pero a cambio yo me he hartado.

Siempre que hay un chico, se lo lleva ella. Siempre. Y vale, puede que ella no tenga la culpa de ser guapa y estar buena y delgada, pero yo ya estoy muy harta. A mi me gustó un chaval hace meses pero no tenía oportunidad si quiera. Ahora le gusta a ella y bam. Pues estoy muy cansada. MUCHO.

Estoy harta de ser la gorda, bajita, fea e infantil del grupo. Me he hartado. Me he cansado de ser el bufón en el que nadie se fija mientras que la princesa se lleva todos los halagos. Se acabó. ¿Cómo? No lo sé. No quisiera pese a todo perder su amistad, aún la quiero, pero no es mi mejor amiga.

Tengo esa amiga que hace lo que sea por levantarme la moral y hasta la autoestima. Y luego esa otra clase, que pareciera que intenta hacerte quedar en ridículo delante de todo el mundo y del chico que te gusta. Pues no. En serio. Se acabó.

Para empezar yo no apoyaré en ningún momento que salga con este chico si acaba saliendo con él. Porque no lo merece, desde mi punto de vista. Se lo merece ella. Y segundo, me apoyaré en quien de verdad me ayuda y me saca del pozo y se preocupa. En aquella que es más similar a mi y jamás me arrastraría.

Lo siento mucho, pues le quiero, pero estoy tan, tan harta que esto no lo voy a permitir más. ¿Celos? Sí, lo son, lo admito, ahora, ayer y siempre lo admitiré y lo diré sin tapujos. Pero ya es más que eso. Y ya no voy a pasar más por ahí.



Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.



Valor.

La psicóloga, Vi, la fisio, profes... Todos absolutamente todos me dicen lo mismo y con palabras casi exactas. "Tienes que valorarte a ti misma, valorar lo que de verdad vales."

Debería empezar a hacerles caso e intentarlo más afondo.

lunes, 27 de abril de 2015

Todos igual.

Todos están con lo mismo... Vi está empeñada en que he adelgazado. Estos dos igual. Dice que cada vez que me ve estoy más delgada.
Y luego mi abuela me ha dicho al entrar que parecía un espantapájaros por el pelo rojo despeinado y las pintas, pero al ver que he comido poco cuando se ha ido ha empezado a decir que aunque iba de broma voy a ser un espantapájaros de verdad si no como.
Y dale... No hacen más que decirme lo mismo. El espejo quizá distorsione, aunque en verdad solo me muestra lo que de verdad hay, lo sé, no hace falta espejo. Pero lo que no engaña es la báscula. Si la báscula bajara les creería y entonces tendría que andarme con cuidado, pero no es así.
Es muy diferente ver un cuerpo con ropa y sin ella. La ropa engaña. Así que yo comeré lo que corresponda al hambre que tengo y ya está.


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

Carne - Pesas - Ordenador - Chicle

Se sentó delante de ese plato de comida. Agh... Otra vez ternera. Últimamente odiaba todo tipo de carne. Desde que se había empeñado en perder peso no le apetecía comer absolutamente nada, y menos ese tipo de comidas que él veía como mera grasa, aunque en verdad no lo fuera. Ya estaba, había decidido que se haría vegetariano.

Terminó de comer lo poco que decidió probar y se fue directo al pequeño gimnasio que se había montado en su cuarto. Cogió las pesas lo primero e hizo cincuenta con cada brazo. Luego se puso a hacer flexiones hasta que se cansó y entonces se tiró en la silla delante del ordenador.

Se puso a jugar al LOL y a ver cosas estúpidas, y cuando le entró hambre por no haber comido suficiente se metió un chicle en la boca. Esa era su solución ante el hambre. Chicles. Y así, entre no comer y simular que comía con los chicles empezó a adelgazar peligrosamente.

domingo, 26 de abril de 2015

Belleza - Inteligencia - Astucia - Generosidad

La vida es tan injusta. La vida, dura y cruel, donde unos cánones de belleza destrozan vidas. Cánones que hacen que jóvenes con una gran inteligencia se echen a perder. El público adolescente no es más que el juguete de empresas poderosas y con gran astucia, que corrompen las mentes con ideas de perfección a las que solo un@s pocas son capaces de llegar. Metas tras las que otras sufren enfermedades psicológicas y alimenticias intentando alcanzar, todo por culpa de esos manipuladores. Y el mayor problema ocurre cuando esos jóvenes ya no pueden salir, cuando ni la generosidad de todo aquél que les rodean les consigue sacar de ahí donde están metidos. 


Pretendía hacer un relato, pero con las palabras que Erick me ha dado es complicado...


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

Boli - Agenda - Ventana - Gota

Este lo escribí hace mucho tiempo ya, pero aquí lo dejo.


Lancé el boli sobre la mesa. “¡Estoy harta!” Grité sola en mi habitación. De haber sido esta más grande, el eco me habría ahogado. Vi mi agenda sobre la mesa, llena de citas y encuentros a los que ya no acudiría.
Estaba cansada de todo. Harta de componer esas canciones. Era la hora de vivir mi vida.
Me asomé a la ventana y miré fuera. Era una noche fría, como las que a mí me gustaban. Me senté en el alfeizar con los talones desnudos pateando suavemente los ladrillos, y aspiré el aire. Una ráfaga heló mis pulmones. Aire puro.
En ese momento algo se congeló sobre mi mejilla. Una pequeña gota de agua. Sin embargo no llovía. No, las gotas no eran de eso. Otra gotita cayó mientras yo miraba a todas partes y a ninguna a la vez. Otra. Y otra. No tenía intención de impedirles caer al vacío o congelarse a medio camino. Ese era su camino. También éste era el mío.
Pronto, dejaron de caer.
Era la hora de vivir mi vida.
O quizás,
de no vivirla.


Que los lobos protejan vuestros sueños. 
K.

Incredulidad.

Rompecetros dice que debo confiar más en mi misma. Él piensa que tengo a todos locos. Yo no creo que sea así, pero esa incredulidad es también causa de esa falta de confianza.

No sé, me es muy complicado todo esto. Yo nunca he gustado. Yo siempre he sido la bicho raro, la tonel y tapón del grupo. La fea y simpática en la que nadie se fija. Ahora de pronto "parece" que las cosas cambian. Ellos empiezan a verme, pero ¿y si no es cierto? ¿Y si solo son imaginaciones mías? Ha sido Rompecetros el que ha opinado que los tengo locos, pero claro, él opina sobre lo que yo le cuento, y si yo le cuento lo que yo veo ya todo cambia, es mi punto de vista, no el real quizá.

En cualquier caso sigo siendo incapaz de verme quitándole la novia a alguien. ¿Dejarla a ella por mi? Simplemente imposible. Ella tiene todo lo que yo no tengo. Y encima ella me cae bien. Y él es más mayor. Y yo no sé qué hacer ni opinar...

Quizá todo esto no signifique nada. Castañita dijo que le veía cariñoso con todas, y sí es cierto pero... no le he visto con otras como conmigo. Es una complicidad extraña... No sé... todo es tan difícil... Si confiara más en mi sería más sencillo, pero no sé cómo...


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

"Guardo todo, porque son recuerdos de mi memoria."

"Guardo todo, porque son recuerdos de mi memoria."
De ahí que odie perder las conversaciones de wspp que me importan. Cualquiera diría que es una estupidez, pero para mi las palabras son demasiado importantes, y eso son parte de mis recuerdos y quisiera tenerlos siempre ahí, a mano.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

Relato #2

Lo primero que toco al acercarme a la puerta es el pomo. Un pomo frío expuesto a la intemperie/naturaleza. Lo giro tras meter la llave en la cerradura como tantas otras veces.

Abro la puerta y al entrar me encuentro de golpe con la misma realidad/soledad de todos los días. Un pasillo casi inexistente, sin paredes que lo delimiten, separando simplemente la cocina a mi izquierda, del salón a mano derecha. Unas largas, anchas y austeras escaleras de madera con una robusta barandilla se extiende ante mi con una curva a mitad de escalera. Esa escalera que conduce arriba, donde hay una segunda y tercera planta de agonía y desesperación.

A mi izquierda un día más está mi madre, fregando los platos como de costumbre. Unos platos que ya hace horas que dejaron de estar sucios. De espaldas ya se nota la angustia/tristeza con la que vive día a día.

Sin hacer ningún ruido y sin saludarle si quiera guardo mi abrigo viejo en el ropero, cuya luz dejé encendida por equivocación y que sin sorpresa alguna descubro que horas más tarde sigue igual.

Desde el salón se oye el oscuro sonido/llanto de esa televisión que tan frito me tiene. Películas una tras otra, historias/mentiras que no cuentan nada. Nada real. Nada de verdad. Salgo y me fijo al fin en mi padre. Un objeto más en esa estancia/sueño. Calvo, en albornoz, con su botella de medicinas, esa que todos sabemos que solo contiene alcohol/sufrimiento, pero que nadie dice nada.

Me siento en el sillón de al lado; ese sillón donde yo solía sentarme a jugar y a leer cuentos/sonrisas con mi padre. Ese hombre que ahora no tiene casi vida. Que solo se mueve del sofá al baño y viceversa.

Sin una palabra más recojo la maleta/esperanza que dejé antes de salir allí, en medio de la sala. La cojo, recupero mi abrigo, y salgo, para siempre, de esa fría, impoluta, y enorme casa, que tantos recuerdos me traía, que tantas cosas había vivido, en la que mi madre había decidido quedarse aun sufriendo tal desdicha.

Yo ya no podía hacer más por ella. Y allí les dejo, con angustia en la espalda, pero con libertad/futuro ante mi frente.

______________

El gris huele a soledad.
El rojo sabe como mentiras.
El marrón tiene tacto de socorro.
El amarillo suena a dolor.
En el verde se ven recuerdos.


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

Creaciones en taller de rap.

Ayer tuvimos un taller de rap, e hicimos varias actividades. La primera fue la siguiente:

Nos pusieron dos bases y teníamos que escribir las palabras que estas nos sugirieran.
La primera a mi me trajo palabras como: paranoia, locura, ansiedad, nerviosismo, tiempo, lentitud, rapidez. El resto de personas pusieron cosas en plan amigos, verano... ._.
La segunda: Engaño, celos, remordimiento, dolor, enfado, amor, peleas, llanto, caricias, besos, sexo, noches, miedo, frío, calor, roces. El resto palabras más parecidas a las de la primera base.
Dijeron antes de empezar la actividad que saldría lo que teníamos dentro. Creo que estaba un poco tocada jajaja

Bueno, con eso teníamos que ir combinando palabras de una base y de otra y formar un texto. Este es el mío:

"Una paranoia surgió, movida por el sentimiento de engaño y remordimiento.
Locura llena de celos, dolor, enfados, sentimientos encontrados.
La ansiedad producida de un amor que acaba en llanto,
caricias en tan poco tiempo, un nerviosismo más y más avivado.
Noches de roces, sin sexo, lentitud en cada mordisco,
en contra de la rapidez de los calores que siento.
Miedo al qué pasará, al remordimiento, a los celos.
Miedo a peleas por un sentimiento."

No sé cómo nargles sería esto cantado, no creo que sirviera como rap, pero escribí lo que necesitaba.

Otra actividad consistía en escribir una palabra que nos describiera positivamente y luego otra negativa, y hacer un verso con ambas palabras. Después los participantes del grupo tenían que poner sus frases en común y hacer una estrofa con todas ellas que empezara con "soy...". En mi grupo eramos tres, y escribimos una simplemente juntándolas, pero yo las metí un poco más de palabra y mezclé las de ellos.

"Soy silenciosa cual tumba, sin autoestima alguna,
volcando todo, entusiasta en libretas blancas.
Confusa, cansada, abandonada de mi
harta de serlo.
Soy cabezón como quién solo se estanca,
y por ello yo quiero luchar y lucharé por todos,
y lucharé por mi."

Estuvo bastante bien, y los raperos que fueron eran simpáticos y uno de ellos sobre todo era *-* El otro me recordaba al pasado rapero que me destrozó así que aunque me cayó genial le tenía cierto reparo. Y el otro era súper nervioso (y tenía un tatuaje muy chulo sobre poesía), pero en el fondo los tres eran geniales y el taller estuvo muy bien. Hasta tuvimos que rapear... que vergüenza, pero al final hasta me animé a rapear Revolución de Benedetti -creo que nadie se ha dado cuenta de que es mi poema favorito (?)-.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.


domingo, 19 de abril de 2015

¿Qué voy a hacer?

Pero, ¿por qué? ¿Por qué no hago más que caer una y otra vez en lo mismo?

Siempre digo que estoy harta de llorar, y lo estoy. Y no puedo más. Y ya no sé que hacer. Y se me echa absolutamente todo encima.

Clases, notas, academia, actividades, mi propio físico, mi salud, todo. Todo. Todo... y ya no sé cómo mantenerme en pie. Hay gente que lo pasa peor que yo, pero yo no puedo. Yo no soy fuerte. He llegado a una situación de la que no puedo escapar.

Y me queda nada por rendirme, pero soy una cobarde hasta para eso.

Y lo único que me relaja, que me abstrae de mis problemas es salir a la calle con mis amigo, con Aitor, que hace lo que sea por verme sonreír. Pero ¿qué voy a hacer? No puedo tirarme la vida en la calle. Hay que estudiar. Por mucho que me fastidie, hay que estudiar. Pero es automático. Me siento en la silla ante la mesa y los deberes, y me echo a llorar.

Ni la psicóloga ni ver mis notas pasadas ni nada me consigue sacar de esto. Y yo ya no sé qué hacer. Ahora mismo, llorar es lo único que sé hacer.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

jueves, 16 de abril de 2015

Rendirse.

Vuelvo a hundirme. Y esta vez es peor. Esta vez aún no he derramado lágrima alguna, pero ahora escribiendo mis ojos se calientan.

Esta vez la culpa es mía y de nadie más. Esta vez si me agobio por suspender, por no enterarme es solo culpa mía.

He desistido, y lo peor es que no puedo. Es el último trimestre y tengo que sacarlo, pero todo en mi se ha rendido.

No me salen los ejercicios y por no sentarme delante de ellos y echarme a llorar no los hago. Pero luego tampoco los entiendo. Y no estudio, y salgo a la calle, y no quiero estar en mi casa ni tocar un solo taco de apuntes porque una y otra vez acabo igual.

Antes me preguntaban cuando me veían agobiada "¿Pero tú crees que lo estás dando todo? Pues entonces llega hasta donde puedas". Ya entonces yo no sentía que daba el 100%, seguro que me quedaba mucho más abajo y podría haberme esforzado más.

Pero ahora ya no. ¿Esforzarme? No. Ya me es imposible hacer eso. No soy capaz de mantenerme en pie ni yo misma. Mentalmente no puedo más, no me concentro en nada, estoy con una angustia constante. Y físicamente estamos en las mismas. Estoy con análisis, aún no me han dado los resultados pero yo ya los sé. Me van a decir una vez más que tengo el hierro al límite. Como si no lo supiera. Desde que he dejado de tomarlo ya no puedo mantenerme, ni concentrarme en nada, absolutamente nada.

No puedo. Estoy en un maldito bucle del que no sé salir, al que encima se le ha juntado el otro problema y eso me debilita aún más. No se debe hacer, no es sano ni debo. Solo me destrozo a mi misma, pero soy incapaz de evitarlo. Ahora sí es enfermedad.

Y las malditas matemáticas... Mira que me gustan, pero las estoy detestando, así como todas las ciencias en general. Y me da rabia. Es lo que me gusta y sin embargo no me dejan vivir bien. ¿Pero qué hago? Soy incapaz de solucionarlo sola y un profe particular no arreglaría nada. Cuando el bloqueo es mental, ya pueden darte una poción mágica que nada va a cambiar lo que tienes ahí dentro.

Ni pidiendo ayuda a gritos la voy a encontrar, porque todo es problema mío, y con eso nadie puede hacer nada. Y acabo esto llorando pues exploté. Una vez más, la situación me superó. Ayuda.


Que los lobos protejan vuestros sueños.-
K.

lunes, 6 de abril de 2015

Poema para san valentin.

Les narraré hoy
una corta historia de amor.
Perdonen sus señorías, 
pues más una epopeya fue.

Un héroe,
una bella princesa,
y una mera sirvienta
fueron sus personajes.

Historia de amor concluida
cuando la hermosa del héroe prendió.
Y la pobre y fea sirvienta
rompiósele el corazón.

Gran héroe,
bello galán,
en la princesa hermosa
osó percatarse más.

En cuentos y cánticos,
la pobre sirvienta
doncella tornaría.

Mas en la realidad,
así jamás sería.
Pues,
quien nació pobre y desvestida,
ni princesa, ni belleza.

K.




Sonrisas.

Si ahora mismo preguntaran sobre cómo me siento, la respuesta sería algo parecido a "kajfjwdja. Pum.".


Vuelvo a estar soltera y estoy feliz. Es lo mejor que he podido hacer, y ahora incluso me llego a arrepentir de aquello. Pero ahora estoy bien. 

Descubrí qué era lo que de verdad necesito, y no era eso, y no fue gracias a él. No le dejé por aquél que me lo hizo ver, si no por mi.

Sin embargo a raíz de eso todo en mi ser se ha revolucionado. Ahora creo saber lo que quiero, lo que necesito, y sé quién tiene eso. Pero ese quién es inalcanzable. Por absolutamente todo.

Es maravilloso y simpático como él solo además de un maldito imbécil (pero de los que se dicen con una sonrisa pintada en la cara). Pero joder, es mayor. Y "en el amor la edad no importa", pero seis son seis los mires desde donde los mires. 

Además, cuando le pregunté me dijo que no tenía claro lo que eran él y esa chica, pero hoy todos los hablaban de pareja. Se acabó, tiene novia, debería volverse invisible para mi. Debería. Pero no lo es... 

¿Qué siento por él? No lo sé. Le aprecio mucho, le admiro, pero, ¿me gusta? Sí, gustarme sí, desde luego. Es guapo, simpático, consigue sacarme esas sonrisas que nadie más consigue... Pero, ¿gustarme más? ¿Podría llegar a quererle, a enamorarme de él? No. Prohibido. Tiene novia. 

Pero. Pero hay un pero... Sí, tiene novia y tendría que olvidarme, pero no puedo. No cuando hablo con él así. Cuando me hace sentir como me siento. Cuando con solo verle y estar con él aparece una sonrisa en mi cara y "se me achinan los ojos". 

Estoy muy, muy confusa. Ayer estaba diciéndome lo mucho que he cambiado en unos meses y que cuando me volvió a ver me vio mucho más guapa. Ayer estaba contándole un sueño que tuve con él mucho antes de fijarme. Y hoy me entero de que sí que está de novio con la chica. 

Hoy le veo y me responde los abrazos y me pica igual, y me saca sonrisas con estar con él.

Pero no. No puede ser. Y me frustro. Porque no voy a encontrar otro ni parecido. Pero él no quiere nada ni por asomo. No tontea por las noches hasta las 6 de la mañana por  whatsapp, solo hace y dice tonterías.

Y sin embargo estoy aquí como tonta. Frente al ordenador escribiendo, escuchando el álbum Estrella de mar de Amaral. Con el skype abierto. Con el móvil cargando al lado en lugar de en la cama, donde suele estar, esperando cual niña pequeña, cual estúpida, como la cría enamoradiza que soy; esperando, deseando que me llegue un "hola Pucheritos".


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

martes, 31 de marzo de 2015

A nadie.

Hay cosas que a nadie puedo contar. A nadie.

Cosas que oprimen. Cosas que son las culpables de todo lo demás. Pero son cosas que a nadie puedo contar. Ni a mis padres, ni a mis más queridas profesoras, ni a la psicóloga, ni a mis amigos, ni a mi novio. Ni siquiera aquí.

Entonces, ¿qué hago? Me destruye por dentro. Me quema. Me abrasa. Puede conmigo. Eso y todo puede conmigo. Y yo no puedo luchar en su contra. Necesito ayuda. La estoy pidiendo a gritos pero nadie puede oírme. Nadie oye mis súplicas, nadie las entiende realmente como son. No culpo a nadie. Yo realmente no sabía qué ocurría hasta ahora. Y aún no lo sé. Y ojalá no sea realmente lo que he descubierto que es. Pero me temo que lo sea.

Cuando no tengo a nadie con quién contar, a quién contar todo eso, ¿qué me queda? Es un monólogo en mi cabeza día tras día, noche tras noche. Un monólogo que aflora sobre todo en el lugar más reconfortante de la casa.

Cuando nadie tengo a quién contar, ¿qué me queda? Me queda llorar bajo el chorro de agua caliente. Eso me queda.


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

lunes, 30 de marzo de 2015

¿Cuándo dejaré de llorar?

Llevo años diciendo que me sentía sola. Que necesitaba un novio que me quiera. Años angustiada porque nadie se interesaba en mi. Y ahora que tengo novio siento que no lo quiero.

No que no lo quiera exactamente. Es una sensación de no poder estar con él. Es algo raro. Estoy muy confusa...

Necesito que alguien me quiera. Necesito saber que importo a alguien, que no soy un cacho de "nada". Necesito que alguien me haga sentir lo que yo por mi misma no siento. Pero ahora que tengo novio no puedo tenerlo, no debo.

Soy demasiado fría. Demasiado analítica. Un momento estoy pensando que quizá no me quiera más que como un entretenimiento y al siguiente soy yo la que pienso que, para qué preocuparme. Soy adolescente, tengo que divertirme y no preocuparme en eso.

Sé que no vamos a estar siempre juntos. Que nuestra pareja no es definitiva. Pero sobre eso se imponen además en mi mente otros pensamientos. Entonces analizo esos pensamientos. Esas diferencias. Somos completamente contrarios. No encajamos para nada. Y lo peor de todo, todo eso me lleva a la conclusión de que ya no le quiero.

Sí, me llena, me divierto. Quizá me dio parte de esa confianza que me faltaba. Me hizo pensar que alguien me quiere como soy. Pero ya no estoy tan segura. "Soy adolescente, tengo que divertirme y no preocuparme en eso" pero a quién pretendo engañar. Yo también necesito que me demuestren que me quieren y me valoran y que les importo. No. Tengo que divertirme, pero no así. Ahora ya no quiero solo diversión. Quiero alguien que de verdad pueda estar ahí.

No sé qué voy a hacer. Lo último que quiero es hacerle daño a él, pero tampoco quiero hacerme daño a mi. Y tampoco sé lo que siento. No sé si le quiero o si no. Si quiero seguir o solo seamos lio. No sé si es mejor que vuelva a estar sola o si me voy me daré cuenta de que sí le quería. ¿Por qué mierdas tiene que ser todo así de difícil? ¿Por qué no puedo disfrutar de las cosas de una jodida vez y olvidarme de mi cabeza, de mis pensamientos, de lo que no comprendo?

Así no disfruto. Así solo sufro y lo paso mal sola. Así lo único que estoy haciendo es llorar día tras día, por todo y por nada. Por no saber qué sentir. Qué pensar. Qué hacer. No diferenciar qué merece la pena y qué no.

¿Cuándo podré por fin dejar de llorar?



Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

jueves, 26 de marzo de 2015

Cepillo y vaso.

Era la tercera vez que se enjuagaba la boca, y sin embargo, nada. Ahí seguía ese mismo sabor agrio y molesto. Ese que le recordaba lo que había hecho.

Resignada decidió volver a lavarse los dientes. Quizá así se conseguiría deshacer por fin de esa sensación. El mismo proceso que antes: coge cepillo de dientes, echa un poco de pasta, lo moja y a la boca. Una vez terminados de lavar, vaso, agua, enjuagar y escupir. Enjuagar y escupir. Enjuagar y escupir. Enjuagar y escupir...

Nada. Ni por esas... Ahí seguía esa acidez. Llena el vaso una vez más y bebe, de esta forma quizás se despeje la garganta. Pero el intento vuelve a tener un resultado fallido. Se mira en el espejo. Ya han pasado varios minutos, pero aún está roja. Aún tiene los ojos llorosos. Y tiene ese sabor asqueroso instalado en su garganta. Las manos las tiene ya limpias. Impolutas. Pero las mira y en ellas ve el recuerdo.

No es la primera vez. Ni la segunda. Y se había prometido no volverlo a hacer. Se lo prometió. Y lo consiguió durante semanas. Estaba orgullosa. Estaba... ¿curada? No. Nunca llegó a ser enfermedad. Era muy consciente de lo que hacía y de que eso estaba mal. Y no lo hacía todos los días. No había llegado a estar enferma... ¿verdad?

Pero tras semanas, había vuelto a flaquear. Y ahí estaba otra vez. Metida en el baño. Observando sus manos y el cepillo de dientes alternativamente. Un absoluto silencio a su alrededor pero retumbando aún en su cabeza el sonido de las arcadas y la cisterna al llenarse tras llevarse la prueba del error por las tuberías.



Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

lunes, 23 de marzo de 2015

Qué rápido todo.

Cómo cambian las cosas de un día a otro a veces, ¿no? Un sábado cualquiera estás hablando con un amigo y lloriqueando que no te quiere nadie y ese mismo lunes llegas diciéndole que tienes novio.

Qué rápido ocurre a veces todo. Cuán raro se siente uno al comprobar lo que ven otros desde fuera.

"-Estás despeinada. -¡No es cierto! -¿A que sí? -Lo que está es enamorada". 
¿Enamorada? Yo no lo creo... aún es muy pronto para ello. Solo me he enamorado una vez y más me valía no haberlo hecho. Quizá por eso me de tanto reparo enamorarme, quizá solo sea verdad lo de que nos enamoramos solo dos veces en la vida. Quizá todo sean gilipolleces. Lo que sí estoy segura es que aún no estoy enamorada. Aún. Para eso tiene que pasar el tiempo, tenemos que avanzar, que conocer.

No creo estar enamorada, aunque lo mismo me equivoco, pero lo que sí sé es que, a día de hoy le quiero. A día de hoy, y de ayer, y de antes de ayer. Incluso quizá el día que él me lo dijo a mi. Pero entonces aún ni salíamos y no respondí.

Yo me asusté. No sabía a dónde llevaría aquello y un te quiero me pareció tan precipitado... Tenía miedo. Estaba asustada. Sabía que yo iba a caer en sus brazos al final, me conozco, y más si le decía te quiero. Por eso no lo hice. ¿Y si él luego no quería nada más? ¿En qué posición me dejaba, nos dejaba eso?

Pero ya no tengo miedo. Ahora sí sé que no fue una mera palabra. 
Ahora yo sé que le quiero. 


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

domingo, 1 de marzo de 2015

¿Por qué siempre?

¿Por qué siempre ella?
La quiero mucho, es muy importante para mi, pero ¿por qué? ¿por qué tiene que ser siempre ella quien se lleve a los tíos?


A mi me gusta otro chico, sí, pero eso no significa que otros no me atraigan ni me pongan. Y no tengo más que eso, un "a mi me gusta, yo a él no". En cambio ella tiene casi una relación zanjada, quedan dos hilos por coser, y ahí la ves.

Me jode. Me jode y mucho, porque siempre es ella. Ella es la tía buena que se los lleva al huerto, la que les atrae, y yo la tontaina. Estoy cansada... Cansada porque no es la primera vez que ocurre.

Y en el fondo ella no tiene la culpa de nada. No es culpable de ser quien es y cómo es ni del cuerpo que tiene. Pero aun así duele.

Y él/ellos tampoco son los culpables al fin y al cabo. La naturaleza es como es y en el fondo somos animales y todos buscamos el mejor espécimen. Pero duele.

Porque tener la autoestima por los suelos no es divertido, y hasta las bromas de aquellos a quienes quieres, por muy bromas que sean, llegan también a doler.

“Para que alguien te quiera primero tienes que quererte tú mismo”. Sí, repetirme esa frase las veces que queráis, pero sin embargo yo si no veo que hay un alguien que me quiere no puedo quererme a mí. Estoy en un bucle, y de ahí no puedo salir.

Estoy confusa. Mucho. Mis sentimientos se agolpan y dan puñetazos a una pared intentando salir, queriendo ser identificados. Ahora ni cabeza y corazón saben qué hacer.

¿Por qué todo es tan jodidamente difícil?

Lloraré antes de dormir. Lo veo ya venir. Y en el fondo lo necesito. Necesito desahogarme, soltarlo todo. Este fin de semana ha estado demasiado lleno de nervios y adrenalina. Necesito soltarlo todo.

Ahora solo quiero hablar, aclarar –o intentarlo- la situación, e irme a dormir.



Que los lobos protejan vuestros sueños.

K.

domingo, 22 de febrero de 2015

¿Cómo borrar una parte del pasado?

¿Cómo borrar una parte del pasado? ¿Cómo borrar aquello que te ha hecho daño, eso que aún te sigue dañando?

No se puede. No se puede borrar el pasado, no se puede olvidar lo ocurrido. Todo lo vivido es una enseñanza a tu espalda, una carga más en tu mochila. El pasado nos forja, de los errores se aprende. Pero también del pasado se sufre.

El pasado es pasado, es un lastre con el que tenemos que aprender a cargar, aprender a superar, a mirar con indiferencia, y a seguir. Pero hay cosas que soy incapaz de obviar. Cosas que me son imposibles de olvidar. Cosas que me siguen aún haciendo daño.

Fue un cabrón, un imbécil, y me hizo más daño del que jamás nadie me hizo. Me utilizó, me usó, fui su juguete, su perrillo faldero durante un año. Y yo como tonta le seguía. Estaba ciega. Ciega de amor, luego de cariño y amistad. Estaban tan ciega.

Pero ahora todo duele. Cada paso que dimos juntos, cada tarde charlando, ese maldito primer beso. Recuerdo y todo duele. Las cosas eran divertidas, lo pasábamos bien. También había enfados, por su parte siempre, y yo siempre la que sufría e intentaba solucionarlo. Pero estaba inmersa en la nube y de nada me daba cuenta. Cuando todo acabó prometí guardar solo lo bueno, olvidar el resto. Pero es imposible. Esa distinción no existe. Fui manipulada siempre, y me trataba como una mierda ocultándolo en buenas palabras. 

Me hizo creer en mi, me hizo pensarme alguien, para luego poder hundirme. Todo lo que pasamos juntos era un engaño. Siempre tiñendo de rosa la oscura realidad. Y yo no veía nada. 

Prometí acordarme de lo bueno, pero ahora veo que nada lo fue. Y no puedo olvidar todo un año. No puedo borrar el pasado. No puedo hacerlo, pero daría lo que fuese por conseguirlo.

Me sigo haciendo daño cada vez que me acuerdo, que le pienso, que le veo. Después de cinco malditos meses le he visto, y eso ha vuelto a desgarrar. Cosí mi corazón y mi alma con lágrimas y con ayuda de amigos y familia. Y ayer él lo rasgo entero.

Es el mayor gilipollas que haya conocido. Un idiota, un prepotente. Es una mala persona. Y sin embargo, aún yo soy la tonta que le echa de menos. Que se acuerda de las cosas. La que llora sola en su cuarto. 

Incluso después de que supuestamente todo hubiese acabado, él seguía ahí pinchando, jodiendo, tratando de hundirme en el fango. Espero que estés ya feliz, pues lo has conseguido. Lo conseguiste. Has dejado dentro de mi el dolor más grande que jamás pensé. 

Y ahora todo, todo, hace daño.

lunes, 16 de febrero de 2015

Prejuicios - Entrometidos.

No tengo, ni muchísimo menos, nada en contra de los homosexuales. Tanto las lesbianas, como los gays, bisexuales o transexuales son PERSONAS. Personas como tú y como yo. Y es más, tengo más de uno y de dos amig@s que son una cosa u otra. Y los quiero y aprecio como a uno más. TODOS somos iguales.

Sin embargo contra los que sí tengo algo es contra todos aquellos que juzgan sin conocer. Que tachan sin saber. Resumiendo, aquellos que se guían de prejuicios. A todos esos sí que les mandaría a algún lugar lejos de aquí.

Estoy muy cansada que ir de negro, o con minifalda y camisetas de calavera, o los labios pintados de negro te tachen de gótica o emo. Que por ir en chándal, o con vaqueros y camisetas anchas o unisex te tachen de "marimacho". Pues no. Las cosas no son así. La gente es como es. Es como quiere, y tiene muchas facetas, no solo somos una etiqueta ni una categoría.

Y qué que me haya cortado el pelo. Y qué que mis pintas a veces no sean muy femeninas. Y qué les importa que no tenga novio. ¿Eso significa que soy lesbiana? No. Eso significa que soy como soy y quien soy. Que no quiero seguir modas estúpidas ni ser otra calcamunía de todas y cada una de las chicas que ves por la calle. No. Quiero ser diferente, o no serlo, es mi decisión. Simplemente quiero ser yo con todo lo que eso implique. 

Y que no tenga novio no implica que no me gusten los chicos. Simplemente significa que aún no he encontrado a nadie a quien le guste o con el que merezca la pena estar. Me han gustado tíos. Muchos. Unos más, otros menos, otros capricho, otros mera atracción. Pero no he salido con ninguno, no. ¿Y a ellos qué más les da? 

¿Por qué tiene los demás que meterse en mi vida? ¿Porqué tienen que ir preguntando a mis espaldas si soy esto o aquello? Y en caso de que fuese lesbiana, ¿a ellos qué narices les importa? Es MI vida, y YO soy quien decide qué hacer con ella y con quién vivirla.


Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.



lunes, 9 de febrero de 2015

Dos sufrimientos distintos.

Por primera vez desde que puedo contar no sufro por alguien. Desde que entré en el instituto en algún momento me gustaba alguien. Más o menos, pero en su momento me gustaban. Ahora miro atrás y no son nada, son caprichos o encoñamientos. Pero eso es todo. El único que realmente fue más que eso fue el año pasado y sufrí mucho. Pero esa ya es otra historia.

Ahora también estoy enamorada. AHORA es cuando lo estoy. El anterior y este son los únicos que no han sido meros encaprichamientos. La verdad, podrían decirme que solo creo eso ahora porque estoy cegada. Pero las cosas son diferentes. Él es diferente. Y es el primero que me hace feliz sin yo sufrir. Siempre me angustiaba la idea de no estar con quién quería. No es que no ocurra ahora, es solo que lo veo diferente, veo más opciones, pero si voy despacio. Y él no me hace daño. En ningún sentido. Y si hay algo que haya aprendido de mi última tontería es a diferenciar lo que hace daño y lo que no. Él no. Él es la nube blanca, esponjosa y suave en el cielo. El violín y el piano en una canción. La brisa en verano. El beso ligero en un último sueño.

Y sin embargo sufro ahora más que nunca en otro ámbito. Mucho. Me tiro el día llorando. Pero por las malditas clases. Por las asignaturas suicidas, por no entender y el miedo a suspender. Sufro, me agobio, angustio y no avanzo. Y tener gente detrás que dice que sí, que voy a aprobar cuando yo sé la verdad no ayuda nada. No ayuda, porque los voy a decepcionar. Ponen esperanzas en mi que no son. Dejad de hacerlo. No soy tan fuerte como creéis. Si no me corto, si no hago algo que no debo es en el fondo porque soy sensata y sé que eso no traería nada bueno tampoco, y porque tengo miedo. Tengo miedo. A todo le tengo miedo. 

K.
Que los lobos protejan vuestros sueños.

martes, 27 de enero de 2015

Que elijan por mi...

Supongo que llega un momento en el que todos los adolescentes nos sentimos más perdidos que nunca, ¿no? Un momento, una temporada, una época en la que no sabemos qué hacer y no hacer. Hasta este momento hemos sufrido muchas cosas de adolescentes, pero ahora pasas lo que jamás pasaste.

No quiero tomar decisiones, no sé qué elegir jamás, ya no por miedo o no a errar en la decisión, si no por miedo a hacerme daño a mi misma. Jamás sé que escoger, y eso duele. Mucho. Muchísimo. Y lo peor es que nadie me puede ayudar. Y lo necesito. Necesito que, de vez en cuando, haya otra persona que elija por mi. Que vea lo que me está haciendo daño realmente y me lo quite del camino. Que tire de mi y me saque lo que de verdad deseo por encima de lo que pienso que debo o no hacer.

Hay pocas personas que hagan eso. Casi nadie sabe realmente todo lo que me ocurre y lo que me pasa. Ellos solo ven una niña estúpida que llora porque ha suspendido un examen o porque no le sale un ejercicio de matemáticas. Pero nadie ve lo que hay detrás.

Necesito a mi madre por encima de todo. Pasé ya mi temporada aborrescente de odio a mi madre. No sé por qué ocurrió, sucede a todos supongo. Lo único que ahora sé es que la necesito. Ahora mismo es mi gran pilar. Los amigos son importantes, ellas son mi flotador, mas mi verdadera playa, quien me salva de ahogarme, es mi madre.

Quisiera dejar el instituto, dejar todo, y pasar el día con ella. Es la única que realmente sabe lo que ocurre y la que me recoge cuando tropiezo y me caigo.

Mamá. Te quiero.

K.
Que los lobos protejan vuestros sueños.

miércoles, 7 de enero de 2015

Tiempo - Camino - Piedra - Cadenas


Es curioso lo lento que pasa el tiempo en ocasiones. Y lo rápido que transcurre en otras. Mira atrás. Observa lo que has pasado. ¿Cuántas cosas han cambiado?, ¿cuántas cosas has dejado a lo largo del camino? Muchas verdad, "amigos para siempre" que desaparecieron, disgustos y palabras que el algún recuerdo se perdieron. Es duro avanzar. Nos cuesta mirar adelante y decir esto es lo que quiero y lo que llegaré a conseguir, pero al final lo hacemos. Al final nos plantamos frente a esa piedra que parecía infranqueable y conseguimos pasar. A veces la rodeamos, otras la saltamos, incluso puede que consigamos romper la piedra por la mitad si descubrimos que estaba hecha de talco, pero siempre avanzamos. Puede que nos veamos atados por cadenas y pensemos que no somos capaces de seguir, pero no es así. No es fácil, pero siempre podemos deshacernos de ellas, dejar de lado aquello que te hizo daño. Aunque cuando te lo planteas por primera vez parezca una hazaña imposible,  se puede conseguir, pero has de proponértelo de verdad y tener ganas de ello. Si te lo propones, de todo se sale, siempre se avanza.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

Pizarra - Hormiga - Lobo - Hielo


Una vez más volveré a esos pasillos. Esas clases llenas de personas iguales aunque distintas a mi. Volver a sentarme en las mismas sillas y mirar las mismas pizarras donde una y otra vez aparecen nuevas y viejas palabras.
Allí metida me siento pequeña, encerrada. Una hormiga en su hormiguero rodeada de más como ella haciendo todos lo mismo una y otra vez. Allí nos enseñan, allí aprendemos, mas la verdad está fuera. Caperucita vivía feliz y tranquila, hasta que se cruzó con el lobo. La realidad no está en el hormiguero, allí nos muestran utensilios para el día a día, pero realmente esa no es nuestra vida. Nuestra vida está en las calles, en casa, en sociedad. La fría y cruda realidad está fuera. Y en ocasiones es cálida como una taza de cola cao recién salida del microondas, sí; sin embargo otras veces es dura y fría como el mismísimo hielo.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
K.

viernes, 2 de enero de 2015

Nuevo año.

Nuevo año, nuevas ilusiones, nuevas esperanzas. Desgarremos el pasado y forjemos un futuro nuevo.

Es raro, ayer finalizó un año. Un año que ha sido pésimo para mi. Pero al fin se ha ido. Y con él todo lo malo. Adiós recuerdos, adiós dolor. Adiós a la persona que más amé y más me provocó dolor. Hola esperanzas.

Hoy, por primera vez en años, tengo la sensación de que llega un buen año, de que este sí va a ser uno de esos años. He entrado con una sonrisa y alegrías, con personas que me quieren junto a mi.

Uno de mis propósitos de este año es no llorar tanto. Y se va a cumplir. Se va a acabar el llorar por otros, se acabó el angustiarme tanto por las cosas, el ponerme tan nerviosa con los estudios. Llego a donde puedo y si no lo logro a la primera ya lo alcanzaré.

Mi familia está a mi lado. Mis amigos. Mi Castañita. Empiezo bien y es lo importante. Por primera vez en mucho tiempo siento la cabeza tranquila, relajada, vacía de preocupaciones. Hay cosas que aún me hacen lios, pero ya no es lo mismo.

Este es un nuevo año, y este va a ser un buen año. Me lo prometo. Este año, voy a ser feliz.

Que los lobos protejan vuestros sueños.
k.