"¿A qué tienes miedo? Hay veces que tenemos miedo a algo y es lo que nos hace estar mal, ¿tú sabes qué es?"
Sí, yo tengo miedo. Tengo miedo a defraudar a mis padres. A defraudar a mis profesores. A todos aquellos que me rodean y han puesto sus esperanzas en mi. Y tengo miedo de defraudarme a mi misma.
Quizá tengan razón. Quizá me ponga unas metas demasiado altas. Dicen que aun así podría alcanzarlas, pero siempre y cuando no me causen problemas a mi misma. Físicos y psíquicos. Y lo están haciendo. Me estoy minando sola. Pero no puedo evitarlo. Estoy acostumbrada a nadar, y me da miedo ver el fondo. Me da miedo bajar un peldaño, y me estoy resbalando.
Me da miedo no descubrir qué quiero hacer. Crecer y darme cuenta de que no encuentro algo en lo que valga. Me da miedo estar descubriendo que todo aquello que me gustaba, todo lo que se me daba bien, se está volviendo en mi contra. Sentarme en mi escritorio frente a un problema de matemáticas, de física, o de lo que sea me supone un reto. Me da miedo sentarme en la silla. Me da miedo enfrentarme al lápiz y al papel, que no me llevan más que a resultados erróneos.
"Estás aprendiendo. Para eso vas a clase, para aprender, si ya lo supieras no tendrías que ir." Pero el problema es que no aprendo. Como a todo lo que me enfrento, siempre tengo delante esa piedra con la que tropiezo. Y no aprendo.
Vamos a paso de tortuga con las clases, y eso también me estresa pensando que no va a dar tiempo a dar todo lo necesario. Pero sin embargo, por contra, me parece que vamos muy deprisa. No entiendo las cosas. No entiendo las matemáticas ni la ciencia en general. Y si ya no entiendo lo que entendía, lo que era mi fuerte, mi balsa en medio del océano, ¿a qué me aferro ahora?
No sé qué hacer. Solo sé sentarme delante de un teclado y un monitor. Y escribir. Y llorar. Y desahogarme escribiendo. Pero ya ni si quiera esto me libera a veces.
Sartre dijo que el hecho de ser humanos nos producía angustia por tener que elegir. Por ser libre de nuestras elecciones. Nunca podría haberlo entendido mejor. Ahora mismo, detesto ser libre y tener capacidad de tomar mis propias decisiones, pues esto me agobia y me hago daño.
K.